domingo, 12 de agosto de 2012

El oro de Moscú

Que te guste más o menos El oro de Moscú depende sobre todo de la fe que tengas en el cine español. 
Todo el mundo dice que el cine español es malísimo; yo pensaba lo mismo hace unos años. Hoy os invito a que cambiéis de idea o, aunque sea, que estéis dispuestos a ver alguna de las películas españolas de los últimos tres años. Se han hecho auténticos peliculones como Celda 211 Tres días con la familia, por ejemplo. Dadles una oportunidad. 
Entonces, ¿qué pasa con el cine anterior?, ¿qué tenía de malo? Llevo mucho tiempo reflexionando sobre ello, intentando encontrar una respuesta factible, y no he sido capaz. Todavía hoy no puedo decir cuál es (o era) exactamente el problema del cine español. 
Creo que tiene que ver sobre todo con la credibilidad. En muchas de las películas españolas de hace unos años, antes de la tremenda remontada de 2009, lo que ocurre es que no resultan verosímiles. Tengo una teoría al respecto: creo que el guión en estas películas era demasiado cerrado; no se dejaba al actor espacio para moverse. Claro que esto varía de unos a otros, pero yo creo que un guión debería ser simplemente una guía (guión-guía... ¿coincidencia?) que sirviera al actor de base para luego añadirle algún toque en el momento de la interpretación. Creo que es esa vitalidad la que le falta (o faltaba) al cine español.
A lo mejor fue esta fe recién recuperada lo que me hizo acabar decepcionada cuando vi El oro de Moscú. A ver, es entretenida, pero tiene demasiadas lagunas, demasiados sin sentidos. Es entretenida, pero no llega a más. No aporta nada y ni siquiera tiene un final final.
Claro que si desde el principio la ves esperando que sea una mierda, a lo mejor te llevas una sorpresa.

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