jueves, 29 de agosto de 2013

Love Actually

Lo que más me gusta de Love Actually es que en cierto modo constituye una parodia de su propio género pero, y eso es lo más sorprendente, de una forma perfectamente seria. 
La premisa de la que parte esta película es la misma que la de cualquier comedia romántica. Sin embargo, en algún punto imposible de concretar Love Actually se sale de la senda prefijada; a partir de ahí no hay vuelta atrás (por suerte).
Hombre, el hecho de que la película esté compuesta por pequeñas tramas entrelazadas ayuda. Creo que de esta forma se aprovecha lo mejor de un buen relato corto: un único y breve impacto capaz de abarcarlo todo.
Claro que tampoco hay que descuidar el efecto global. No estoy muy segura pero tengo la sensación de que la emoción del final de cada una se condensa, se fusiona y, de esta inspiradora manera, da lugar a un final simplemente grandioso (que no perfecto; otro soplo de aire fresco) en el que todas las emociones acumuladas se desbordan de pronto como una cascada incontrolable.
Y el reparto... Pocas veces se puede ver a tantos grandes actores reunidos. Ya sólo por eso valdría la pena hacerle un buen hueco a esta película.
Antes de irme os dejo con una de mis escenas favoritas; es quizá el mejor ejemplo del sentido paródico del que os hablaba al principio. 


Puesto #148 de las 200 de Cinemanía.

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